miércoles, 20 de agosto de 2008

"Eucaristia,Transubstanciación...???"

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La Doctrina de la Transubstanciación
Durante la misa, los sacerdotes supuestamente poseen el poder de convertir en forma
sobrenatural el pan y el vino, en el cuerpo y sangre reales y literales de Jesucristo:
"El Concilio de Trento resume la fe católica cuando afirma: 'Porque Cristo, nuestro
Redentor, dijo que lo que ofrecía bajo la especie de pan era verdaderamente su Cuerpo,
se ha mantenido siempre en la Iglesia esta convicción, que declara de nuevo el Santo
Concilio: por la consagración del pan y del vino se opera el cambio de toda la
substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la
substancia del vino en la substancia de su Sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y
apropiadamente a este cambio transubstanciación'" (p. 393, #1376).
Esta cita del Catecismo revela que la Iglesia Católica aún sostiene esta doctrina que fue
definida en el Concilio de Trento:
"En el corazón de la celebración de la Eucaristía se encuentran el pan y el vino que, por
las palabras de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo
y la Sangre de Cristo" (p. 379, #1333).
El Catecismo aun especifica cuándo viene Cristo en la eucaristía y cuánto tiempo
permanece allí:
"La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura
todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas. Cristo está todo entero presente
en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la
fracción del pan no divide a Cristo" (p. 394, #1377).
Puesto que el catolicismo enseña a sus miembros a tomar parte de un canibalismo
literal, esta doctrina requiere serio examen. Para principiar, determinemos el origen de
esta doctrina. ¿Es doctrina de Dios, o es tradición de hombres? El catolicismo afirma
que es doctrina bíblica y cita las palabras de Jesús en Juan 6:
"Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en
vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en
el día postrero".
Juan 6:53-54
Aunque este versículo pareciera enseñar canibalismo, podemos comprender claramente
el significado al leer el pasaje completo en su contexto. Justamente antes de hacer tal
declaración, Jesús dijo:
"Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron:
Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene,
nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás".
Juan 6:33-35
Esta enseñanza armoniza con el resto de las Escrituras. La vida eterna se obtiene al creer
en Jesucristo, no al comer su cuerpo. El Señor aclara aún más este pensamiento:
"Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en
él, tenga vida eterna".
Juan 6:40
Una vez más Jesús indica que tenemos vida eterna al creer en El. Cuando sus discípulos
murmuraron al escuchar estas palabras, el Señor les explicó:
"El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he
hablado son espíritu y son vida".
Juan 6:63
Jesús hizo esta declaración en sentido espiritual, no físico. El estaba explicando que,
espiritualmente, la vida se obtiene por fe en El, no comiendo su cuerpo.
Dios no aprueba el canibalismo en ningún lugar de la Biblia. De hecho, El prohibe tal
práctica:
"Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis".
Génesis 9:4
"Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros
comerá sangre".
Levítico 17:12
Dios nunca ordenaría a sus hijos que hicieran algo que El había prohibido.
El propósito bíblico
Las instrucciones de Pablo en 1 Corintios 11 aclaran aún más este tema:
"Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la
noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad,
comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí".
1 Corintios 11:23-24
Cuando Jesús dijo: "Tomad, comed; esto es mi cuerpo", El no estaba dando a entender
que comieran su cuerpo literal. Aun sugerir tal idea es ridículo. El estaba hablando en
sentido espiritual de lo que pronto haría en la cruz.
Notemos cómo finaliza este versículo: "Haced esto en memoria de mí". La observancia
de la Santa Cena es una conmemoración de la obra de Cristo en el Calvario, no una
nueva realización de ese hecho. Lo mismo debemos decir acerca de la sangre de Cristo:
"Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de
mí".
1 Corintios 11:25
Jesús mismo enseñó esta lección a sus discípulos en la última cena:
"Y (Jesús) tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo,
que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí".
Lucas 22:19

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Puesto que la transubstanciación es otra tradición católica que no es apoyada por la
Biblia, sino que fue creada por hombres, surgen otras preguntas que esperan respuesta:
· ¿Por qué la Iglesia Católica deliberadamente separa un versículo bíblico de su
contexto y desarrolla una doctrina que la Biblia obviamente no enseña?
· ¿Por qué la Iglesia Católica prefiere que usted coma a Cristo en lugar de poner
su fe en El?
· Más importante aún, ¿puede usted conscientemente tomar parte de esta práctica
ahora que conoce la verdad?
"Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado".
Santiago 4:17

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Recuerda, Dios te bendiga grandemente y adelante con JesuCristo...!!!.

1 comentario:

Daniel dijo...

Es curioso que desde los primeros siglos, los cristianos celebraran la eucaristía de la misma forma que aún hoy se sigue celebrando, con más o menos adornos litúrgicos, pero en su esencia, igual.
La centralidad son las palabras de Cristo "Esto es mi cuerpo".

Lutero al separarse de la Iglesia católica creía en la presencia real de Cristo en el pan de la Eucaristía, él lo llamaba "consubstanciación" porque decía que la sustancia del pan seguía co-existiendo con la substancia de Dios Hijo (mientras que la transubstanciación aclara que el pan pierde su substancia de pan -no su apariencia).
Es curioso que ya a finales del primer siglo y principios del segundo, los cristianos incluso tras asistir a la Santa Cena (celebrada siempre por un obispo o presbítero) se guardaban trozos del pan consagrado para llevárselo a aquellos que no habían podido asistir a la celebración del domingo o para comulgarlo (comerlo) durante la semana.

Eso está registrado en la historia del cristianismo... en mi opinión es una pretensión ridícula afirmar que hoy un cristiano interpreta mejor la escritura que los cristianos de los primeros siglos, que tenían más cercano el acontecimiento de Cristo... de hecho San Juan murió a principios del siglo II (año 110 d. C.) y no encontramos en sus escritos ninguna oposición a tal práctica cristiana.

En fin, hay que interpretar la escritura, sí, pero siempre a la luz de la interpretación apostólica, es decir, de cómo la interpretaron los apóstoles y de tradición cristiana, es decir, de como la vivieron los apóstoles.